Haz un Examen de Conciencia
basado en los 10 Mandamientos
[ PalabrasVivas sobre Crecimiento Espiritual ]
DÉCIMO MANDAMIENTO
¿Es mi corazón codicioso? ¿Deseo más y más en lugar de tener un espíritu pobre, contentándome con lo que tengo?
¿Está mi corazón anclado en las posesiones terrenales en lugar de en los tesoros del cielo?
¿Soy envidioso, malhumorado o triste por lo que no tengo?
¿Desearía tener una casa más grande, un empleo mejor pago o algo más lindo, como aquellos que pertenecen a otros? A causa de estos deseos, he fracasado al dar ejemplo sobre cómo contentarse con lo que Dios me ha dado.
¿He tratado de obtener lo que tienen otros a través de medios injustos, como el robo o el uso de dinero que era destinado a algo diferente?
¿Desearía que Dios me hubiera hecho como la Madre Angélica o cualquier otra persona famosa? ¿Me considero demasiado poco para hacer lo que Dios me ha pedido que hiciera?
¿Deseo intensamente haber vivido en un lugar del mundo más económico, más lujoso o más cálido, olvidando apreciar dónde Dios me puso ahora?
¿Desé que alguien falleciera para recibir su herencia? ¿O que alguien perdiera su empleo para que yo pudiera tomarlo? ¿O que la calamidad de alguien hiciera que sus cosas fueran para mí?
¿Cuándo rehusé hacer bien a alguien que lo pedía porque pensé que ya tenía suficiente ayuda? ¿O cuándo rechacé dar dinero a alguien pensando que ya tenía suficiente? ¿O cuándo dí mi espalda a alguien porque estaba celoso de esa persona?
¿Con cuánta frecuencia he buscado consuelo en la abundancia de bienes materiales? ¿Cuánto he rechazado a Dios y he confiado más en las posesiones materiales? La razón por la cual no tengo más bienes materiales es porque Dios no quiere que los tenga justo ahora y eso es porque está protegiéndome de pecar cada vez más. ¿Me desagrada pensar así?
¿Me odio por mis pecados? ¿Estoy dispuesto a perdonarme? ¿Estoy celoso de aquellos que parecen más santos que yo? En el Sacramento de la Reconciliación seré liberado. Dios olvidará mis pecados.
¿Te sientes culpable leyendo este Examen de Conciencia? ¿Parece demasiado difícil? Tal vez sientas algo de resentimiento y frustración porque los mandamientos son impuestos.
En el Antiguo Testamento las Leyes eran impuestas sobre las personas. Dios era una fuerza externa que demandaba obediencia. Los tiempos han cambiado. Somos el pueblo del Nuevo Testamento. Jesús nos dio su Espíritu Santo para que las Leyes fueran escritas en nuestros corazones. Brotan de dentro de nosotros ahora.
¿Estás viviendo una vida en el Antiguo Testamento o en el Nuevo? ¿Estás tratando de obedecer a Dios siguiendo sus reglas o estás confiando en el Espíritu Santo para que incremente tu santidad desde dentro de ti?
Cuando confiamos en el Espíritu Santo, experimentamos un deseo interno de ser santos. Cuanto más permitimos al Espíritu de Dios que se mueva dentro de nosotros, como aguas que refrescan y alimentan nuestras vidas, más natural es para nosotros el obedecer los Diez Mandamientos — ¡incluso sin pensar demasiado en ellos!
Recuerda, es imposible convertirse de todas las tendencias al pecado de un sólo golpe, no importa cuánto lo desees. Deja que el Espíritu Santo te transforme desde dentro y sé paciente contigo mismo. La purificación es un proceso — a veces un proceso muy largo. ¡Dios te ama justo ahora, y tú también deberías hacerlo!
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© 2000 por Terry A. Modica
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