Una Visión del Poder del Amor
por los Niños Abortados
A comienzo de los ’90, mi parroquia celebró la primer Misa por los No-Nacidos, durante la cual los Caballeros de Colón dedicaron una Tumba para los No-nacidos que habían construido al lado de la iglesia. Cuando comenzó, le pedí a Jesús que trajera a la Misa a cada niño, de cada parroquiano, que había sido abortado. Inmediatamente Él me dio la visión en la cual, el frente de la Iglesia, entro los primeros bancos y el altar, estaba lleno de niños de todas las edades, desde bebés hasta adolescentes.
Mi propio hijo abortado, a quien yo había llamado “Bobby” hacía unos años, durante un retiro de sanación, vino y asistió a los más pequeños.
La Bienaventurada Madre María, vino también. Estaba vestida con un manto azul y un vestido blanco debajo de él. Reunió a los niños alrededor de ella y los amó hasta lo más profundo. Pude, literalmente, sentir el amor que ella les estaba dando. Nadie puede amar más que ella a estos niños.
Sus manos estaban levantadas, con las palmas hacia arriba, como lo hizo Jesús en la imagen de la Divina Misericordia. Su amor estaba sanando a los niños, como una cura por el amor que se les había negado cuando sus padres los abortaron. Pude ver que mi Bobby ya había sido sanado hacía tiempo, sin duda porque mi esposo y yo le habíamos mandado amor a través de Jesús, durante muchos años.
Después de la Misa, cuando la congregación rezó el Rosario, Dios me mostró que nuestras oraciones van desde nosotros hasta María y, luego, a través de María al corazón de Jesús a medida que multiplica su poder de oración con su amor y pureza. Al mismo tiempo, proyecta los efectos de nuestras oraciones y de este amor asombroso hacia afuera — yo lo vi ir desde sus manos hacia las personas que lo necesitaban. En ese día en particular, nuestras oraciones por los niños abortados iban desde ella hacia ellos. Vi a los niños crecer y ser más felices a causa de esas oraciones.
Dios me mostró esta visión, creo, para decirnos que nuestro amor y nuestras oraciones por los niños abortados se necesitan y sí hacen una diferencia, que el Rosario es poderoso y que la Bendita Madre es una madre maravillosa para aquellos que son incapaces de experimentar el amor terrenal de un padre o madre.
© 2008 por Terry A. Modica

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