Por Qué Serruchar Madera en un Día Caluroso de Verano
No Es tan Malo Como Piensas
Ralph y yo miramos el Liquidámbar que yacía, ahora, en un ángulo de 45 grados. Sus raíces, asomando del suelo, empujaban un árbol vecino amenazando con derribarlo, mientras todo el árbol se recostaba pesadamente sobre un roble joven. Los robles son resistentes, por supuesto, pero el peso del árbol recostado sobre él podría dañarlo, por lo tanto, decidimos quitarle presión de los dos árboles lindantes, serruchando al moribundo desde su base.
Así es como pasamos un día muy caluroso y muy húmedo.
Los Liquidámbar tienen un sistema de raíces superficiales y compiten, ferozmente, con las plantas cercanas por el agua y los nutrientes. Nuestro patio tiene muchos, entremezclados con palmeras, robles y algunas otras variedades. Los Liquidámbar crecieron muy altos durante los años de sequías que afectaron Florida durante dos décadas. Ahora, que tenemos nuevamente nuestra cantidad normal de lluvias, no pueden sostenerse en el suelo húmedo. Son muy pesados en su copa.
Hay una lección allí y el hecho de verla, hizo que valiera la pena soportar la transpiración cayendo en mis ojos y la humedad que empañaba mis anteojos.
El Liquidámbar es una buena metáfora para los cristianos cuya fe no está profundamente enraizada. Por un tiempo, crecen muy altos en su propia estima. Pueden, incluso, parecer muy altos para otras personas cuando tienen roles de liderazgo dentro de la Iglesia o la comunidad, pero compiten ferozmente con aquellos que no están de acuerdo con ellos, o le quitan vida a aquellos que están a su alrededor secando su energía, tiempo, entusiasmo, gozo y (a veces, tristemente) la fe.
Tarde o temprano caen cuando las lluvias saturan sus vidas durante el tiempo suficiente, porque su fe no es lo suficientemente profunda como para mantenerlos incrustados en el suelo de la vida, donde Dios los ha plantado.
Cuando caen, quedan recostados sobre aquellos que están cerca. Esto puede ser bueno o malo. Es bueno si están listos para enfrentar que su comprensión de la fe (de la vida y de porqué se metieron en dificultades) necesita ser reforzada. Es malo si, aquellos sobre los que se recuestan, no son lo suficientemente fuertes como para soportar la carga de los desafíos que hicieron que cayeran. Un Liquidámbar que cae puede hacer caer a otros Liquidámbar cercanos y arrancar ramas de árboles robustos.
Es peor si no están dispuestos a aprender cosas nuevas. Cuando somos nosotros sobre quienes se recuestan, si confiamos en Jesús, Él nos fortalece. Pero hay veces en que debemos dejarlos caer porque solamente están recostándose, no están creciendo ni recuperándose. Afortunadamente – y oramos por esto – comprenderán y crecerán en humildad a causa de su caída. La humildad puede fertilizar su suelo, produciendo nueva vida. En mi patio, hay un árbol que murió hace tres años y, ahora, está creciendo uno nuevo desde el tocón.
Que tus raíces vayan muy profundamente, tu fortaleza crezca y tu estatura espiritual sea muy elevada. Y que tengas la sabiduría para conocer cuándo otros necesitan tu fortaleza y cuándo no están listos para ella.
© 2016 por Terry A. Modica

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