Cómo el Repollo Puede Enseñarnos
a Amar a Nuestros Enemigos
Estaba yo comiendo una ensalada de repollo con camarones fritos y Dios me dijo así: «Mira la ensalada de repollo. Prueba la ensalada. Trata de saborear más allá de la mayonesa y el vinagre picante para concentrarte en la propia ensalada de repollo. ¿Cuál es el principal ingrediente de la ensalada de repollo? ¡Repollo! La ensalada comenzó como una cabeza de repollo. ¿Es que el repollo ha cambiado ahora en la ensalada debido a los otros ingredientes que se mezclan con ella? No, en realidad no. Para nada. Todavía es repollo. Pero tú no ordenaste en el restaurante una cabeza de repollo, tú ordenaste una ensalada de repollo. ¿Por qué? Porque el repollo finamente rallado y mezclado con cosas como la mayonesa, el vinagre, la sal, el azúcar y las especias, saben mejor al paladar que una hoja de repollo.”
Me pregunté, “Sí… así que, ¿cuál es el punto Jesús?”
«El repollo que está en la ensalada no es menos de lo que fue creado cuando era una cabeza que se recogió del campo o cuando era tan solo una semilla plantada en el suelo. Pero, si el repollo no renuncia a cada etapa de su existencia (la semilla que se convirtió en brote, el brote que se transformó en cabeza, la cabeza cortada para ensalada), no se habría convertido en una parte de la comida en mi plato.”
Somos buenos porque Dios nos creó buenos. Él no hace basura. No importa lo que nos suceda en la vida, seguimos siendo, en esencia, lo que Dios creó. Esto es cierto para todos, incluso para aquellos que no nos gustan, incluso para los que nos hacen daño. Jesús dijo en el Sermón de la Montaña, «Haz el bien a los que te dañan.»
Así que le pregunté a Jesús ¿cuál es la diferencia entre hacer el bien a alguien que no nos ha hecho daño y a alguien que sí nos ha hecho daño? Él dijo: «Cuando haces el bien a los que no te han herido, ¿en qué demuestra eso que me perteneces? Es fácil amar a los que son fáciles de amar. No hay esfuerzo en eso y no me necesitas a Mí para ayudarte. Pero trata de amar al no amable y ¡adivina qué! Necesitas de Mí para ayudarte. Y cuando me necesitas, vienes a Mí. Y cuando vienes a Mí, me conoces mejor”.
© 2000 por Nancy Gardner Viola

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