¿Por qué la Misa es la mejor forma de progresar en la vida espiritual?
[ PalabrasVivas sobre Preguntas Frecuentes ]
¿Cuál es la forma más fácil de progresar en la vida espiritual? Siendo testigo de milagros, porque dan vida a nuestra fe. ¿Cuál es el lugar más milagroso sobre la tierra? ¡La Misa! La Liturgia Eucarística.

Aprendí esa lección por primera vez en 1988. Había comenzado a escribir mi libro, Venciendo el Poder de lo Oculto (está siendo traducido al castellano). Estaban sucediendo muchas cosas inusuales que hacían lento el progreso. Finalmente me di cuenta que los demonios estaban interfiriendo. Corrí a Misa buscando descanso.
Luego, la diferencia en mi escrito fue tan notable que regresé a Misa al día siguiente, al siguiente y, pronto, me di cuenta que asistir a Misa diaria hacía una gran diferencia, no sólo en el progreso de mi libro, sino en mi propio crecimiento personal. La celebración frecuente de la Misa es, aun, lo que más me capacita.
La Misa es el momento cumbre del día. Es una experiencia tope. Nos levanta del valle e inunda nuestros problemas diarios – siempre. Muy a menudo, es un salto hacia la cumbre.
La transubstanciación del pan y vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo es sólo uno de los eventos sobrenaturales que nos da Dios durante la Misa. La liturgia nos protege parcialmente del mal porque comienza con el Rito Penitencial que, milagrosamente, sana nuestras heridas espirituales y fortalece nuestra conexión con el Espíritu Santo.
A continuación, la lectura de la Palabra de Dios y su relación con nuestras vidas a través de una buena predicación y de la buena escucha (incluso si la prédica no es buena) es una unción sobrenatural en la que el Espíritu Santo nos habla. Seguido del Rito de la Consagración podemos escuchar a Jesús hablándonos desde el altar. ¿Qué preguntas tienes para Dios? ¡Ahora es el momento de esperar respuestas! ¿Por qué has estado orando? Ahora es el momento en el que es más fácil sentir a Dios consolándote, animándote o reavivando tu esperanza. Es una oportunidad para experimentar el toque sanador de Jesús, una fresca inspiración y una unción personal.

He descubierto, una y otra vez, que los pensamientos que llegan a la mente mientras Jesús está en el altar, no son mera imaginación humana. En este momento de la Misa, si hemos estado participando con plena atención, el Espíritu Santo ha ungido nuestra imaginación. Cuando los mensajes o las ideas son confirmadas más tarde, mi fe crece y mi confianza se incrementa. Mucho de lo que puedo lograr para el Señor se debe, directamente, a la conversación divina que Jesús, milagrosamente, entabla conmigo durante la Misa.
Es el lugar perfecto para correr en busca de soluciones a los problemas, especialmente cuando nada más funciona.
Después de recibir la plenitud de Jesús en la Eucaristía, deberíamos meditar sobre la unión con Dios que hemos recibido. Pronto, estaremos nuevamente en el mundo donde otras voces claman por nuestra atención. Nuestra tendencia a pecar, inevitablemente, deteriora nuestra cercanía con Dios. Deberíamos tratar de hacer lo posible para prolongar el estado de gracia sobrenatural que hemos recibido.
¿Es suficiente la Misa dominical? No si tenemos dificultades y desafíos durante la semana. No puedo enumerar las veces que la Misa diaria me fortaleció e, incluso, evitó problemas que estaban apareciendo en mi día – incluyendo problemas de los cuales no sabía nada.
Donde la Misa diaria es posible, la mayoría de las razones para ir serán superadas por Dios si pedimos su ayuda. Si llevamos nuestros hijos a la escuela, ¿hay una Misa cerca que comienza después de dejarlos? ¿Hay otro familiar que podría llevar a los niños algunos días? Dios ayudará a organizarlo. Si tu trabajo requiere que llegues al trabajo muy temprano como para empezar el día con la Misa, ¿hay una misa más tarde? Muchas ciudades tienen una Iglesia Católica en el centro que se adapta a los horarios de trabajo. O pídele a Dios que cambie tus horarios de trabajo. ¡He visto que sucede!
¿Ayudas en Misa? Genial, pero todos necesitamos ir a Misa en momentos en los que, simplemente, podemos estar con Jesús, sin hacer ningún ministerio sino siendo asistido por Jesús. (Esto incluye a los clérigos.) Momentos en que podemos enfocarnos en sumergirnos en la presencia de Jesús y en lo que él desea decirnos. Momentos en los que podemos estar más fácilmente conscientes de cómo desea él sanarnos, animarnos, inspirarnos, darnos energía o, simplemente, abrazarnos. Momentos donde podemos recibir a Jesús dándose a sí mismo a nosotros.
La Misa es el lugar más sobrenatural sobre la tierra. ¿Cuántos milagros puedes identificar allí? ¡Míralos!
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© 2017 por Terry A. Modica

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