Tercer Misterio Glorioso
LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
Como dice en Lucas 1, 39-56: «Isabel estaba llena del Espíritu Santo y exclamó … ‘Bendita seas entre las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre. ¿Cómo es posible que la madre del Señor venga a visitarme a mi?'»
Es sólo mediante el Espíritu Santo que somos capaces de ser conscientes de la presencia de María en nuestras vidas. Ella nos quiere tanto como nuestras propias madres y más aún, porque ella fue, y es, llena de gracia y llena de amor. Ella nos conoce por nuestro nombre. Se alegra que le pidamos que rece por nosotros.. Ella quiere ayudarnos. Está constantemente trabajando por nosotros detrás del escenario de todas nuestras tribulaciones diarias. Para entender esto de una forma más clara, debemos pedirle al Espíritu Santo que nos la revele.
Padre Nuestro que Estás en el Cielo…
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