Coronilla a Nuestra Señora de los Lirios
por un Hijo o Hija
Usar cuentas de un rosario común. Para comenzar la coronilla, reza en la primera cuenta del rosario:
Oh Misericordioso Dios, pongo ante Ti todos mis problemas, angustias y necesidades, mis peticiones y mi deseo de ser santo como tú, Oh Señor, eres santo. Concede que las heridas del alma de <nombre> sean sanadas por las llagas de mi Salvador, Jesucristo. Nada es imposible para ti, Oh Dios. Escucha mi oración.
En las próximas 3 cuentas, reza: Ave María …
En la próxima cuenta, reza: Padre Nuestro ….
Para cada decena: Ofrece 5 lirios a la Bienaventurada Madre, debajo.
Luego de cada lirio, reza:
Mi alma proclama la grandeza del Señor, el Todopoderoso, el Misericordioso.
Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. (10 veces, una por cada cuenta de la decena)
Después de cada decena, reza: Ave María ….
Los 5 lirios::
- El primer lirio que ofrezco a la Bienaventurada Madre, es la virtud de la pureza.
Ora por <nombre>, Oh Santa Madre de Dios, que crezca en pureza de mente, cuerpo y alma.
- El segundo lirio que ofrezco a la Bienaventurada Madre, es la virtud de la confianza.
Ora por <nombre>, Oh Santa Madre de Dios, que confíe más plenamente en la voluntad del Padre.
- El tercer lirio que ofrezco a la Bienaventurada Madre, es la virtud de la paciencia.
Ora por <nombre>, Oh Santa Madre de Dios, para que sea paciente en el desarrollo del santo plan de Dios.
- El cuarto lirio que ofrezco a la Bienaventurada Madre, es la virtud de la sabiduría.
Ora por <nombre>, Oh Santa Madre de Dios, para que crezca en sabiduría para conecer la diferencia entre el bien y el mal y para vivir una vida santa.
- El quinto lirio que ofrezco a la Bienaventurada Madre, es la virtud del amor.
Ora por <nombre>, Oh Santa Madre de dios, para que ame a Dios con todo su corazón, alma y mente y para que ame a todos con compasión y misericordia.
Oraciones finales:
Que el amor divino de tu Amadísimo Hijo, mi Señor Jesucristo, libera a <nombre> de todo mal y guíalo/a hacia la vida eterna.
Dios Padre, rodea a <nombre> con tus santos ángeles, con tantos de ellos, que los demonios no puedan verlo/a, escucharlo/a, o tramar planes contra él/ella. Bendice todas sus relaciones, actividades, sueños y planes, aumenta el placer por todo lo que se relaciona contigo y el desagrado y dolor por todo lo que no venga de Ti.
¡A Ti la gloria … Amén!
© 2006 by Terry A. Modica