Cuarto Misterio Gozoso
LA PRESENTACIÓN DE JESÚS
Este es el relato de la presentación de Jesús: Cuando los padres llevaron al niño Jesús, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar ir en paz a tu siervo como Tú lo prometiste, porque mis ojos han visto la salvación que Tú habías preparado para todas las naciones.» (Lucas 2, 27-31)
Oración de San Francisco:
Señor, hazme un instrumento de Tu paz. Donde haya odio, siembre yo amor; donde haya agravio, perdón; donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza; donde haya oscuridad, luz; donde haya tristeza, gozo.
Oh, Divino Maestro, concédeme que no busque tanto ser consolado, como consolar; ser comprendido como comprender; ser amado, como amar. Porque es dando que recibimos; es perdonando que somos perdonados; es muriendo que nacemos nuevamente a la vida eterna.

Padre Nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Dános hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
(10x)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
¡Amén!

Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno
y guía a todas las almas al Cielo,
especialmente a aquellas que necesitan más de Tu Misericordia.
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