Misterios Luminosos para la Conversión del Mundo :
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Primer Misterio Luminoso
EL BAUTISMO DE JESÚS
El Bautismo en el Jordán es, antes que todo, un misterio de luz. Aquí, mientras Cristo desciende a las aguas, el inocente que se convirtió en «pecado» para nuestro bien (cf. 2 Cor 5, 21), los cielos se abren y la voz del Padre lo declara su Hijo amado (cf. Mateo 3, 17 y paralelos) mientras el Espíritu desciende sobre él para investirlo de la misión que debía llevar a cabo. (Papa San Juan Pablo II, El Rosario de la Virgen María, pár. 21)
Jesús vino de Galilea hasta donde estaba Juan para que lo bautizara… Después que Jesús fue bautizado, salió del agua y los cielos se abrieron sobre él y vio al Espíritu de Dios descender sobre él como una paloma. Una voz vino del cielo y dijo: «Este es mi Hijo amado, en el cual me complazco.» (Mateo 3, 13.17)

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
(10x)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
¡Amén!

Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno
y guía a todas las almas al Cielo,
especialmente a aquellas que necesitan más de Tu Misericordia.