Aprendiendo de las Divisiones
¿Hay divisiones en tu familia, lugar de trabajo o parroquia? San Pablo hace una observación sorprendente en 1 Corintios 11, 17-26.33. Dice: «Debe haber facciones entre ustedes…» como si fuera algo bueno.
¿Por qué? ¿Dónde está la bendición en la división? San Pablo expresa: .. que aquellos que son aprobados entre ustedes serán conocidos; o como lo pone otra traducción: » … para que los probados y fieles se destaquen claramentee.» ¿Probados en qué? ¿Fieles a qué?
Amor. A veces somos motivados por el amor y, a veces, somos motivados por el egoísmo. Si realmente queremos seguir a Cristo y estar cerca de él para poder experimentar su amor incondicional y amoroso en cada momento del día, tenemos que vivir en su amor, lo cual significa que nuestro amor por los demás debe ser incondicional como el de él.
Para perfeccionar nuestro amor, para ser conciente de los límites de nuestro amor para que podamos crecer más allá de esos límites, nuestro amor debe ser probado y testeado. Cada nueva oportunidad para amar sin egoísmos puede mejorar nuestra relación con Jesús, pero nos apartará de aquellos que se comportan egoístamente.
San Pablo dice que la persona egoísta se emborracha con su riqueza mientras desprecia las necesidades de los demás. Para poner esto en términos de división en la parroquia, por ejemplo, los ministros egoístas se intoxican con sus propios estatus, su autoridad, su influencia, sus títulos académicos, sus años de experiencia e, incluso, con sus talentos que Dios le dio, mientras desprecia los sentimientos, conocimientos y valores de los demás.
En medio de esto, los «probados y fieles» resaltan claramente. Tratan de corregir sus divisiones con gestos de amabilidad cuando son maltratados. ¿Quién es la persona que proclama: «la muerte del Señor hasta que regrese» (que San Pablo describe como el verdadereo significado de la Misa, es decir, de la Cena del Señor)? El que sirve humilde y amorosamente a pesar de los conflictos. Proclamamos la muerte sacrificial del Señor en la Cruz haciendo sacrificios, clavando las reacciones no amorosas que sentimos. Así, nos convertimos en Eucaristía para los demás.
En Lucas 7, 1-10, ¿por qué Jesús alabó la fe del centurión pagano? No fue únicamente porque el oficial comprendió el poder de una orden autoritaria. El hombre era humilde y edificó una sinagoga para los judíos por preocupación por ellos. Podemos deducir de esto que amaba a su siervo genuinamente. De la misma forma, en nuestra humildad somos capaces de ver el valor de otros, no sólo por lo que pueden hacer por nosotros, sino por ser seres humanos preciosos.
Nuestra fe es probada cada vez que nos encontramos con personas que se oponen a nosotros. Nuestra fe se muestra fiel cuando respondemos a ellos con amor.
© 2000/2010 por Terry A. Modica
Lee más PalabrasVivas sobre Sufrimiento y Sanación >>