Insistiendo en el Dolor para Encontrar Sanación
¿Por qué algunas personas siguen el camino de sanación y luego detienen el proceso? ¿Por qué hacen buenos progresos y luego van hacia atrás y siguen yendo hacia atrás, sumergiéndose en viejas heridas, comportamientos autodestructivos, adicciones, actitudes co-dependientes y la creencia enfermiza que ya habían dejado de lado?
Me parece que a cualquier persona que ha experimentado alguna sanación, le gustaría transitar todo el camino de sanación porque han descubierto que el beneficio es tan maravilloso, ¡más allá de nuestra imaginación! Enfrentar nuestra enfermedad es algo que deberíamos considerar muy seriamente y trabajar duro para combatirlo. Daña como el infierno trabajar con las heridas que aún no están sanadas, pero sabemos lo valioso de enfrentar nuestro dolor: ¡vale cada gota de sangre!
Al preguntarle a Dios por qué esta perseverancia no es para cualquiera, recibí esto: «La diferencia entre los que siguen adelante y aquellos que se detienen es que aquellos que continúan caminando no tienen una visión de los resultados, mientras que los que abandonan no pueden quitar los ojos de los resultados finales.»
Cuando abandono mi idea de la felicidad y de lo que yo quiero de la vida, Dios puede darme Su idea de la felicidad y llevar a cabo lo que Él quiere para mi vida. ¡El plan de Dios para mi vida ya está disponible! Ya está escrito en Sus proyectos. Cuando no tengo expectativas, un plan personal para lo que debería estar logrando, esperanzas basadas en mí misma o deseos sobre cómo debería ser mi vida saludable, entonces es cuando Dios tiene libre paso para reconstruirme en una persona saludable. Pero, si yo tuviera expectativas sobre mi proceso de sanación, creería que estoy lista cuando se ha alcanzado un objetivo. Si yo me enfocara en lo que yo creo que debería pasar, me perdería de ver lo que Dios quiere que suceda. Y, si lo que yo anhelo no se da, entonces me enfocaría más en ello, desesperándome al tratar de hacer que suceda. Ahí es cuando comienza el retroceso.
La gran sanación sucede cuando abandonamos todas nuestras propias ideas de cómo deberían ser nuestras vidas. Al mantener nuestra mirada en Dios, en lugar de enfocarnos en la sanación, seguimos yendo hacia adelante. Mirándolo sólo a Él, avanzamos más allá de los límites de nuestras percepciones y entramos en un territorio nuevo de sanación. Mirándolo sólo a Él, podemos aceptar que el camino de la sanación es más largo de lo que nos gustaría y, alegremente, nos sometemos a Su plan. Mirándolo sólo a Él, tenemos el coraje y la fuerza necesarias para lidiar con más dolor y continuar con el duro trabajo de ir hacia una mayor santidad.
La sanación raramente es fácil. No se consigue sin sentir mucho dolor por aquello de lo que queremos liberarnos. La sanación sin dolor es una ilusión y nos enfermamos más si creemos y vivimos en esta ilusión. Si verdaderamente queremos lo que Dios quiere para nosotros, confiaremos en Él y le permitiremos que nos lleve hasta el origen de nuestras heridas. Es allí donde podemos descubrir que Él se preocupa. Es allí donde podemos abrirnos a Su toque sanador. ¡Y es allí donde, finalmente, somos liberados de nuestro dolor!
Cuanto más veo las cosas así, más agradezco a Dios por el horrendo dolor que he padecido en mi vida. No estoy diciendo que le doy la bienvenida a más dolor; la carne aún desea evitarlo. No obstante, ya no tengo malos sentimientos hacia Dios por permitir el dolor en mi vida. Ahora le agradezco que no interfirió con el proceso de sanación ~ es bueno que no me haya dado todo lo que yo quería, de la forma en que lo quería, cuando yo lo quería. ¡Me ha dado una vida mucho más maravillosa que la que alguna vez podría haber pedido! Me está convirtiendo en un instrumento muy poderoso, que Él usará para ayudar a otros que no ven el valor de Su toque sanador.
¡Dios es bueno con nosotros!
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© 1999 por Nancy Gardner Viola (con Terry Modica)