La Luz de Cristo Revelada
en el Óxido y las Gotas de Rocío
Una mañana, observé unas gotas de rocío que reflejaban el brillo del sol en las vigas de acero de mi terraza. Me recordaron los hermosos tesoros de Dios, las piedras preciosas que Él nos da a cada uno. Pero junto a ellas, había clavos oxidados que sujetaban las vigas de acero. No los había notado antes. El sol daba su luz sobre ellos en el ángulo justo para captar mi atención.
No había notado antes este óxido. El sol brillaba sobre él en el ángulo correcto para captar mi atención. ¡Qué contraste!
¡Las gotas de rocío estaban brillando ante el mismo sol que llamaba mi atención sobre la herrumbre! Entonces Dios compartió conmigo la enseñanza de que la luz de Cristo, que revela los dones y bendiciones de Dios, es la misma luz que expone los pecados, los problemas y la fealdad de nuestras vidas. Puesto que todo es revelado por la misma Luz, todo es una bendición – incluso ver la fealdad ¡es bueno!
Si no fuera porque Dios derrama su luz sobre todo, nunca notaríamos que estamos pecando y necesitamos arrepentirnos. No nos daríamos cuenta de que estamos sucumbiendo a un pensamiento poco saludable, ni de la necesidad de hacer cambios en nuestras vidas.
Pero, le pregunté a Dios, ¿qué pasa con aquellas personas que se niegan a cambiar o arrepentirse? Siempre estás derramando tu luz sobre la herrumbre, así que ¿por qué no todos aprovechan esta oportunidad para mejorar sus vidas?
Él respondió, que estas personas están viviendo en un mundo de ensueño de su propia creación. No están mirando la vida con los ojos abiertos. No ven lo que la Luz de Dios está revelando porque están durmiendo. Piensa en cualquier sueño reciente que hayas tenido. En este mundo de sueños, podemos ver lo que está pasando, así que parece que todo está iluminado por la luz del día. Pero lo que sucede y lo que vemos en el sueño no es más que nuestra imaginación. En verdad, nada es real. Parece que estamos caminando en el suelo, pero de hecho estamos en una ilusión. Parece que estamos hablando con otras personas, pero de hecho estamos hablando a varias partes de nuestro ser interior. Parece que estamos haciendo actividades reales, pero en realidad no se logra nada. En el momento en que despertamos, el mundo de los sueños deja de existir. Nada de eso queda, sino un vago recuerdo.
Cuando las personas eligen vivir en su mundo de ensueño, porque en algún momento de su vida llegaron a creer que la realidad era demasiado dolorosa, demasiado oscura, no ven ni el óxido que Dios está revelando ni las bendiciones que Él ofrece. ¡Dios es el mejor antioxidante! Él es muy capaz y desea ansiosamente ayudarnos a limpiar la herrumbre antes de que los clavos se deterioren completamente. Además, Él quiere mostrarnos las incontables gotas de rocío de diamantes de nuestras bendiciones.
Por lo tanto, necesitamos orar para que los soñadores dormidos sean sacudidos tan completamente, que Dios consiga su atención antes de que regresen a la cama. Algunas personas necesitan grandes choques, como terremotos, para poder ser despiertos de su sueño. Y nosotros, que ya estamos despiertos, debemos hacer todo lo posible por permanecer alerta y vivos en el mundo real.
© 2000 por Terry A. Modica