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Reflexiones de las Buenas Nuevas
por Terry Modica
Haciendo que las escrituras sean significativas para tu vida diaria.
El fragmento Inspirador de hoy: Para ser santos con la riqueza, primero debemos ser confiables con el amor que Dios siente por los demás.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
25to. Domingo del Tiempo Ordinario
Septiembre 18, 2022
Oración para hoy:
Perdóname Señor, por no confiarte el control de mis finanzas. Durante mucho tiempo las he administrado desde mi egoísmo y mis heridas. Toma el control hoy, mi Salvador, no sólo de mis finanzas sino de toda mi vida. Amén.
Lecturas de hoy:
Amós 8, 4-7
Salmo 113 (112), 1-2.4-8
1 Timoteo 2, 1
Lucas 16, 1-13
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091822.cfm
La pobreza, como la muestran muchos Santos, no es el único camino a la santidad. La lectura del Evangelio de este domingo nos dice cómo una persona puede ser acaudalada y santa al mismo tiempo -- como lo muestran otros Santos.
Si reconocemos que nuestras posesiones son regalos de Dios que están destinados a mejorar su reino, somos santos. Pero si nos aferramos al dinero y a la riqueza material como si estuvieran destinados sólo para nuestro propio beneficio, nos hemos apartado de Dios porque la Palabra de Dios hace hincapié en la importancia de distribuir a los demás una generosa porción de todo lo que hemos recibido.
Cuando la adquisición de la riqueza es una prioridad más alta que la distribución de lo que ya tenemos, Dios no es nuestro maestro. Esto es cierto no sólo con los bienes materiales, sino con todo lo que es bueno también.
Todos estamos ricamente bendecidos de una u otra manera: ¿Qué tan dispuesto estás a hacer uso de tus riquezas en beneficio de los demás?
La "riqueza deshonesta" de la que habla Jesús es cualquier cosa que "pertenezca a otro". Cuando usamos el dinero de otras personas (por ejemplo, tomar un préstamo del banco) para nuestro propio beneficio, no estamos siendo administradores confiables a menos que también glorifique al reino de Dios (por ejemplo, un préstamo bancario para una hipoteca de la casa es bueno porque sirve a la familia, pero sólo en la medida que no requiera de tantos ingresos por una casa más grande que signifique menos tiempo para los niños.)
Del mismo modo, si usamos mal el tiempo atendiendo los deseos egoístas a expensas de aquellos que necesitan nuestra atención, no somos confiables en el Reino de Dios. Jesús quiere bendecir a la gente a través de ti. Te ha llamado a ser distribuidor de sus dones. Si ignoramos este principio fundamental de la economía de Dios, Jesús dice: "¿Quién te dará lo que es tuyo?"
Lo que es nuestro, si somos lo suficientemente confiables para ser buenos administradores, son riquezas que permanecerán con nosotros por toda la eternidad: la riqueza del espíritu, la aprobación y alabanza de Dios, la plenitud del amor, etc.
Para ser santo con la riqueza, primero debemos ser dignos de confianza con el amor que pertenece a otros -- el amor que Dios siente por ellos. Nuestra capacidad-confianza se encuentra en la puesta en común de nuestros bienes temporales (terrenales), así como los bienes eternos (fe, sabiduría, esperanza, etc.).
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Qué eres reacio a compartir? ¿Qué temes que sucederá si lo entregas a Dios para su uso y sus propósitos? ¿Qué debes hacer con este miedo para que puedas llegar a ser un buen administrador de las riquezas de Dios?
Preguntas para Compartir la Fe en la Familia y la Comunidad:
Nombra cualquier posesión material que parece ser utilizada sólo para fines mundanos o egoístas. ¿Se puede convertir en un regalo para los demás y utilizarse para la gloria de Dios? Si es así, ¿cómo?
Lee más sobre este tema en nuestro PalabrasVivas: "Desprendimiento Financiero: Volando Alto en el Espíritu" en https://gnm-es.org/finanzas/desprendimiento-financiero/.
© 2024 por Terry Ann Modica
Esto puede imprimirse para uso personal únicamente. Para distribuir múltiples copias, por favor, ordénalas publicadas profesionalmente desde Catholic Digital Resources en catholicdr.com/about-us/special-orders/. *** ¿No puedes pagar por ellas? ¡No hay problema! Solicita un bono gratuito que será nuestra donación de caridad para tu ministerio.
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